Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes
Noticias de ANS
(ANS – Ciudad del Vaticano) – ¿Qué queda al final de una experiencia como la del Jubileo de los Adolescentes, realizada en Roma el último fin de semana de abril de 2025? Dejemos que respondan dos jóvenes que participaron del Jubileo de los Adolescentes en Roma, dos chicos del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS).
El primer testimonio, de un joven del MJS del Triveneto, relata: “Desde nuestra inspectoría partieron quinientas setenta y cinco personas. Los distintos grupos salieron desde Palma Nova, Conegliano, Mestre y Verona, viajando en autobuses organizados.
La llegada a la capital se produjo en la tarde del 25 de abril. Los participantes se encontraron en la parroquia de San Hugo, en la zona norte de Roma, para un gran momento común de animación, bienvenida y explicación del programa de los días.
Posteriormente, los distintos grupos se instalaron en los alojamientos ofrecidos por algunas parroquias romanas. El 26 de abril, tras despertarse temprano por la mañana, los chicos se dirigieron a la Plaza de San Pedro para participar en los funerales del papa. Fue un momento muy conmovedor y cargado de significado histórico y espiritual, que marcó profundamente los corazones de los presentes.
Por la tarde, divididos en pequeños grupos, los chicos pudieron visitar algunos de los lugares más importantes de la ciudad eterna, atravesando las Puertas Santas de las basílicas de San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros, viviendo así plenamente la experiencia jubilar.
El domingo 27 de abril concluyó con la participación en la santa misa presidida por el cardenal Pietro Parolin. La celebración se desarrolló entre la Plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione, reuniendo a los grupos en un momento de gran unidad y oración.
Por la tarde, finalizada la celebración, los distintos grupos emprendieron el viaje de regreso a sus casas, con el corazón lleno de alegría y gratitud por los días vividos.
El padre Emanuele Zof y la hermana Paola Vendrame, quienes coordinaron y acompañaron a los grupos, subrayan cómo las jornadas fueron hermosas desde el punto de vista espiritual. Los chicos pudieron vivir una experiencia única, en un momento en que la Iglesia, siguiendo el camino indicado por el papa Francisco, desea llevar un mensaje de esperanza y de cercanía a los últimos”.
El segundo testimonio, de Daniele, un joven activo en Civitanova Marche, intenta leer aún más entre líneas la experiencia:
“Se trató, sin duda, de una experiencia que permanecerá para siempre grabada en los corazones y las mentes de todos los que participaron: si la premisa era pasar tres días junto a adolescentes de todo el mundo para experimentar la Misericordia de Dios en el don del Jubileo, la triste noticia del fallecimiento del papa Francisco cambió los planes de todos y nos catapultó a una situación inimaginable hasta unas semanas antes. Roma acogió a una multitud de fieles venidos a dar el último adiós al pontífice y nosotros nos encontramos entre ellos, felices de estar, pero también un poco desorientados por la magnitud de lo que sucedía a nuestro alrededor.
En este contexto, contar con un puerto seguro donde refugiarse en los momentos de cansancio, representado por la casa salesiana “Don Bosco Cinecittà”, fue un gran apoyo para todos: allí el Movimiento Juvenil Salesiano de Italia Central fue un hogar que acoge para cada uno de los chicos presentes, la mayoría de los cuales vivía por primera vez una experiencia fuera de su realidad de origen. En los ojos de los participantes se reflejaba ese amor tan querido por Don Bosco, signo de un ambiente bien organizado y dedicado al cuidado de todos los jóvenes, que así experimentaron aún mejor cuán cierto es que en toda casa salesiana uno se siente como en casa propia.
Una última consideración: para muchos de los chicos se trataba del primer evento de Iglesia católica mundial, que les dio la oportunidad de descubrir el rostro joven y universal del Evangelio y de comprender que no están (ni estarán nunca) solos en su camino de fe. En la Plaza de San Pedro, y más en general en la ciudad eterna, en esos días se reunió la Iglesia entera, proveniente de todos los rincones del planeta, y quizás ese sea el mayor tesoro que con estos chicos nos llevamos a casa: haber experimentado lo que realmente significa formar parte de una Comunidad que camina con Jesús, reconociéndolo en las dificultades y en las alegrías de cada día.
Para concluir, el Jubileo de los Adolescentes 2025 fue un momento de fe, esperanza y comunidad. El Movimiento Juvenil Salesiano supo acompañar a los chicos en esta experiencia, ofreciéndoles las herramientas para vivir plenamente el significado de ser “Peregrinos de Esperanza”. El deseo es que, cada vez que recuerden lo vivido en estos días, puedan sentirse como los dos discípulos de Emaús, después de haber comprendido que acababan de encontrarse con el Resucitado, y puedan decir con alegría: ‘¿No ardía acaso nuestro corazón en esos momentos?’”.
(ANS – Roma) – El Jubileo de los Jóvenes 2025 en Roma se configuró como un evento de extraordinaria resonancia, que culminó con la solemne celebración eucarística en Tor Vergata presidida por el Papa León XIV. Un momento particularmente significativo que precedió el encuentro papal fue el #SYMJubilee, la semana animada por el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS), que concluyó con el envío de cinco mil jóvenes al oratorio de la Basílica de San Juan Bosco, el 2 de agosto de 2025, en Roma.
El evento salesiano, que duró una semana, ofreció a los jóvenes talleres, encuentros interculturales, momentos de oración y música. Los encargados de enviar a los jóvenes a Tor Vergata fueron el padre Fabio Attard, Rector Mayor de los salesianos de Don Bosco, y la Madre Chiara Cazzuola, Madre General de las Hijas de María Auxiliadora. El momento fue sellado por un gesto simbólico de siembra: pequeños papeles biodegradables que contenían semillas de flores, sobre los cuales estaban escritos gestos de paz realizados por los jóvenes, fueron plantados en una maceta. El mensaje central transmitido a los jóvenes fue: “Sean sembradores de paz, cosecharán frutos de esperanza”.
La concentración de Tor Vergata no es solo un evento actual, sino que trae consigo un eco del pasado, confrontándose inevitablemente con el Jubileo del 2000, que tuvo como protagonista al Papa Juan Pablo II. Veinticinco años atrás, la explanada estaba abarrotada por millones de jóvenes, los “Papaboys”, que entonaban el célebre “Jesus Christ you are my life”. Con una diferencia profunda, sin embargo. Aquella época estaba caracterizada por un profundo optimismo respecto al milenio entrante, antes de los eventos que marcarían profundamente el nuevo siglo, como el 11 de septiembre de 2001 y la crisis económica de 2008. Se entraba en el nuevo milenio, se percibía casi una Belle Époque del siglo XXI, en la que la fe y la pertenencia religiosa eran algo más evidente y (casi) dado por hecho, lejana de la amenaza de la guerra y abierta a un futuro posible de esperanza.
El contexto de 2025 es radicalmente diferente. Los jóvenes de hoy son los “hijos de los jóvenes” de entonces, muchos nacidos años después de la muerte de Juan Pablo II y que han vivido mayormente con un solo papa, Francisco. Si en el año 2000 no se usaban smartphones, hoy los chicos se mueven con botellas reutilizables y zapatillas deportivas, y están acostumbrados a un mundo donde “hacer otra cosa” está al alcance de un clic, entre los “reels de Instagram” y el “scroll de TikTok”. Las crónicas resaltan (quizás demasiado…) una comparación entre las dos épocas, preguntándose cuántos de aquellos Papaboys siguen activos en la fe y cómo viven hoy esta experiencia sus hijos.
A pesar del reiterado y tedioso estribillo sobre las iglesias vacías, cientos de miles de jóvenes de ciento cuarenta y seis países afrontaron gastos y viajes para venir a Roma. Son jóvenes catapultados en un mundo occidental en el que todo va en contra de la fe y de la práctica religiosa. La Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, muestra una atracción por la fe, aunque no siempre sepa definirla claramente, y ciertamente no la rechaza. Para esta generación, la fe ya no es algo dado por hecho, sino algo que hay que buscar y un elemento en el cual invertir. El despertar religioso, hoy, puede comenzar por un video de pocos segundos captado desde su propio teléfono, un “primer paso” hacia un recorrido más arduo de encuentros y amistades.
La reflexión del Papa León XIV, en la homilía de Tor Vergata, se inserta perfectamente en este contexto, ofreciendo una propuesta de fe intrínseca al corazón del joven. Retomando las palabras del papa Francisco en Lisboa, el Santo Padre subraya cómo “Cada uno está llamado a confrontarse con grandes preguntas que no tienen […] una respuesta simplista o inmediata, sino que invitan a emprender un viaje, a superarse, a ir más allá […], a un despegue sin el cual no hay vuelo”. El estar “sedientos, inquietos, incompletos, deseosos de sentido y de futuro” no es signo de enfermedad, sino de vida. Hay una “pregunta importante en nuestro corazón, una necesidad de verdad que no podemos ignorar” que nos impulsa a interrogarnos sobre el “verdadero sabor de la vida” y sobre qué puede liberarnos del “sin sentido, del aburrimiento, de la mediocridad”.
Sentimos una “sed grande y ardiente” que ninguna “bebida de este mundo puede apagar”. En vez de engañar al corazón con “sucedáneos ineficaces”, debemos escuchar esta sed y convertirla en “un taburete sobre el cual subirnos para asomarnos, como niños, de puntillas, a la ventana del encuentro con Dios”. Dios nos espera y “llama suavemente al cristal de nuestra alma”. Es hermoso, incluso a los veinte años, “abrirle de par en par el corazón, permitirle entrar, para luego aventurarnos con Él hacia los espacios eternos del infinito”.
La plenitud de nuestra existencia no depende de lo que acumulamos o poseemos, sino de “lo que con alegría sabemos acoger y compartir”. No basta con comprar, acumular, consumir; es necesario “alzar la vista, mirar hacia lo alto, a las «cosas de arriba» (Col 3,2), para darnos cuenta de que todo tiene sentido […] solo en la medida en que sirve para unirnos a Dios y a los hermanos en la caridad”.
La propuesta a los jóvenes es clara y elevada: aspirar a la santidad, donde sea que se encuentren, y no conformarse con menos. Esto se cultiva permaneciendo unidos a Él a través de la oración, la adoración, la comunión eucarística, la confesión frecuente y la caridad generosa. Confiando los jóvenes a María, la Virgen de la esperanza, el Santo Padre los exhorta a seguir caminando con alegría tras las huellas del Salvador y a “contagiar a todos los que encuentren con su entusiasmo y con el testimonio de su fe”.
El llamado vocacional, inscrito en el deseo de sentido y de grandeza que ya habita el corazón de cada joven, solo espera una propuesta a la altura de sus aspiraciones más profundas. ¡El corazón de los jóvenes no se enciende por nada que sea menos!
por el padre Elio Cesari
Jamie Miller y la Delincuencia Juvenil
Reflexiones Educativo Pastorales
a partir Caliman (2008) y la Serie Adolescencia (2025) de Netflix.
Resumen
Este ensayo se aproxima al fenómeno delincuencia juvenil a través de la serie Adolescencia (Netflix, 2025), que narra el caso de Jamie Miller, un adolescente detenido por asesinato, utilizando los cinco paradigmas de exclusión social de Caliman (2008): funcionalista (anomia), cultural (subculturas opuestas), social (desorganización relacional), factorialista (cúmulo de riesgos) y constructivista (etiquetamiento). La reflexión refleja cómo factores estructurales, culturales y personales, como la radicalización en la "manosfera" y la desconexión familiar, convergen en la violencia juvenil. Se integra Christus Vivit (Francisco, 2019) para proponer comunidades educativas y una pastoral juvenil transformadora: comunidades que den sentido frente a la anomia, culturas de cohesión social contra las violentas, redes de apoyo en entornos desorganizados, prevención ante riesgos y espacios de restauración para superar estigmas. La reflexión conecta el análisis teórico con propuestas prácticas, subrayando la urgencia de acompañar a jóvenes en contextos fracturados con la pedagogía de la bondad expresada en el Sistema Preventivo de Don Bosco.
Palabras clave: delincuencia juvenil, Adolescencia, Caliman, Christus Vivit, pastoral juvenil, exclusión social, Sistema Preventivo.
Dimensiones y Desafíos para la Pastoral Juvenil
a partir del Sínodo de los Obispos 2024.
Resumen:
La Pastoral Juvenil es una acción eclesial que acompaña a los jóvenes en su desarrollo humano y espiritual, integrando evangelización y educación como pilares fundamentales, según el Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana, Christus Vivit del Papa Francisco y el Documento Final del Sínodo de la Sinodalidad 2024. Se caracteriza por el protagonismo juvenil, la comunidad educativo-pastoral, el Sistema Preventivo de Don Bosco y una espiritualidad atractiva, con especial atención a los más vulnerables.
Su proceso formativo abarca dimensiones como la educación en la fe, lo educativo-cultural, la experiencia asociativa y lo vocacional. En el Sínodo de los Obispos se proponen, junto a las dimensiones anteriores, el compromiso social, la resiliencia y el ámbito digital. Enfrenta desafíos como habitar la cultura juvenil, superar la indiferencia religiosa y formar educadores en un mundo secularizado y diverso, proponiendo una pastoral sinodal y misionera que responda a las realidades actuales de la juventud.
Palabras clave: Pastoral Juvenil, evangelización, protagonismo juvenil, comunidad, vulnerabilidad.
El martes 11 de marzo de 2025, se llevó a cabo en el Aula Magna de la UCSH el lanzamiento de las orientaciones para la catequesis 2025. Fruto de un trabajo sinodal, este documento responde a una necesidad urgente en la evangelización, ofreciendo una guía para quienes desean anunciar, testimoniar y transmitir la fe de manera viva, inclusiva y misionera.
Con un enfoque bíblico, kerigmático y comunitario, estas orientaciones actualizan metodologías, incorporan los medios digitales y ponen a Jesús y a la comunidad en el centro de la experiencia cristiana. El objetivo es claro: formar discípulos misioneros que lleven el Evangelio a cada rincón del país, enfrentando los desafíos de una sociedad cambiante y secularizada.
Las orientaciones fueron presentadas por la Dra. Patricia Imbarak, el Dr. Heriberto Cabrera y Mons. Sergio Pérez de Arce. El encuentro fue moderado por la Sra. Pilar Ramírez del departamento de Prevención de Abusos de la CECH.